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Viernes, 19 Abril 2024

LOS LACEROS ESTUDIAN EL USO DE RIFLES PARA CAPTURAR A LOS PERROS.

Noticia extraida de la Voz de Galicia.
Técnicos del Concello y la Protectora de Animales pusieron ayer un cebo con tranquilizantes
La jauría asilvestrada que dejó moribundo a dentelladas a un potro eludió el cerco por segundo día
El uso de rifles que disparan dardos narcotizantes podría acelerar la captura de los cuatro perros asilvestrados que tienen su guarida en la maleza del futuro parque de Navia y que, el pasado fin de semana, dejaron moribundo a dentelladas a un potro de un mes que pacía en la zona. El ataque ha generado miedo en el vecindario aunque ninguna persona ha sufrido mordeduras.
El lacero del Concello y otro de la Protectora de Animales realizaron ayer una batida sin éxito por el parque para llevar a los chuchos a la perrera. Estos admiten que la captura será difícil: «Non hai maneira. Parece que se esconden debaixo da terra». Íñigo López Cons, que trabaja para la Protectora las 24 horas del día, considera que no queda más remedio que emplear dardos con una dosis de ketamina, un anestésico que debe ser suministrado por un veterinario. Todo el dispositivo será supervisado por la Policía Local. «Tendremos que capturarlos uno a uno», dice.

Éstos tendieron ayer una trampa para intentar echar el lazo al grupo. Para ello, pusieron un cebo de comida en una explanada. Los canes, una mezcla de pastor alemán y palleiro, salieron a plena luz del día y comieron la carne de lata mezclada con pastillas con un narcótico tranquilizante.
Los expertos, situados a más de 20 metros de distancia del festín observaron que la jauría está compuesta por cuatro ejemplares, tres negros y uno grisáceo. Algunos son hembras. Uno de ellos se comportó como el líder del grupo porque se hizo fuerte y se apoderó de los alimentos antes que el resto.
Luego, los animales asilvestrados desaparecieron hacia sus guaridas, que están ocultas en una espesa maleza a la que los laceros no pudieron acceder. Uno de los inspectores recorrió todo el parque sin hallar rastro de ellos ni de sus camas. Éstos confían en que las pastillas narcotizantes duerman a los canes y sea más fácil capturarlos.
«Están quemados»
Uno de los laceros afirma que los canes parecen sanos pero se ve que están muy «quemados» por su trato con los humanos. No se muestran agresivos y son dóciles aunque «no permiten que nos acerquemos».
Los propietarios de los caballos supervivientes, de etnia gitana, comunicaron ayer a la Policía Local que han trasladado a sus monturas a un lugar más alejado. Otro equino pastaba ayer atado junto a las excavadoras. Una cuadrilla de obreros portugueses ha visto días con cuatro caballos. Mostraron su estupefacción al saber que los caballos eran atacados por perros vagabundos.
«Es falso que ataquen por hambre», dice un experto de la Protectora
El lacero municipal ha localizado a una vecina que suele dejar comida al grupo cerca de sus guaridas. «Es falso que los perros ataquen por hambre; lo hacen porque sienten el instinto animal de caza», afirma el experto de la Protectora de Animales, Íñigo López.
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