CORREOS PONE UN SEGUNDO CARTERO EN NAVIA.

En Navia, el reparto se reparte. Parece de cajón, pero no lo es tanto, porque en el barrio vigués que más rápido crece el reparto no estaba hasta ahora muy repartido. Lo denunciaban hace un mes y medio en el sindicato UGT, desde donde alertaban de que el cartero de Navia acababa sus jornadas al borde del desmayo. Con la lengua fuera y la moto fundida.
Y no era para menos, a juzgar por los datos: hasta ahora Correos solo disponí­a de un profesional en la parroquia que alberga el mayor polí­gono de vivienda protegida de Galicia, por lo que el sufrido repartidor se las veí­a a diario con más de 3.000 buzones. «Tení­a las casas de la parroquia rural que era Navia, una zona muy extensa, y a mayores, los 1.800 buzones nuevos de los edificios de protección oficial que se están construyendo allí­, en los que además hay muchí­simos negocios», recuerda José Canal, representante de UGT en la empresa de las postales y los sellos.
No extrañan así­ los agobios del cartero. Ni que en Navia, donde ya viven 15.000 vecinos, Correos haya cambiado de repartidor diez veces en dos años. «Cuando la cosa está así­, la gente pide el traslado en cuanto puede», argumentan en Correos.
Aunque no solo los profesionales sufrí­an. Porque como el reparto estaba mal repartido entre los carteros disponibles, pues el reparto no se repartí­a. O dicho sin trabalenguas: con tanto trabajo, el único profesional de Navia tardaba varios dí­as en cubrir su zona, de modo que a los vecinos se les entregaba en sus buzones bloques de cartas correspondientes a varias jornadas. Los retrasos eran así­ tales que algunos clientes de Correos recibieron citaciones después de la cita, o avisos de reuniones con la reunión ya concluida.
Refuerzos en Correos.
De ahí­ que en Correos decidiesen tomar cartas en el asunto. Para sellar la crisis, los responsables de la empresa postal en Vigo decidieron poner un segundo cartero en la zona, de modo que el reparto ya es cosa de dos. «Ahora ya solo tienen 1.500 buzones cada uno», confirman irónicos en UGT. En el sindicato reconocen el esfuerzo, pero recuerdan que siguen siendo muchas cartas para tan poco profesional. «Sobre todo porque al ser una parroquia rural, tan extensa, el reparto lleva mucho tiempo. Pero ese es un problema que hay en otros puntos del antiguo rural de Vigo que ahora son cada vez más urbanos y están cada vez más poblados», reconoce José Canal, que ha empezado a detectar los problemas de Navia en otros barrios. «En Beade, en Matamá, en la Salgueira o hacia la Universidad andan ya bastante fastidiados», detalla.
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